Sunday, December 27, 2009

CONCEPTOS DE ENFERMERIA.

Enfermería: Es la ciencia arte que conlleva a actividades, conceptos y habilidades basada en ciencias básicas, como: ciencias sociales, ciencias físicas, éticas, etc. La enfermería es la ciencia del cuidado de la salud del ser humano.

La enfermería abarca los cuidados, autónomos y en colaboración, que se prestan a las personas de todas las edades, familias, grupos y comunidades, enfermos o sanos en todos los contextos, e incluye la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad, y los cuidados de los enfermos, discapacitados, y personas moribundas.

Es la ciencia o disciplina que se encarga del estudio de las respuestas humanas reales o potenciales de la persona, familia o comunidad tanto sana como enferma en los aspectos: biológico, psicológico, social y espiritual

La enfermería se basa en ayudar al individuo a recuperar la salud, en caso de ser imposible ayudar al bien morir. Es un conjunto de actividades profesionales con un cuerpo de conocimientos científicos propios desarrollados dentro de un marco conceptual.

Se concibe como la atención oportuna, personalizada, humanizada, continua y eficiente que brinda el personal de enfermería, de acuerdo con estándares definidos para una practica profesional y competente y responsable, con el propósito de logar la satisfacción del usuario y el prestador del servicio.

La enfermería s la profesión de titulación universitaria de la persona que se dedica al cuidado integral del individuo, la familia y la comunidad en todas las etapas del ciclo vital y en sus procesos de desarrollo.

ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA ENFERMERIA.

-Durantes el periodo histórico en el que se debatía la definición liberal de la republica e advierten la ausencia de competencia institucional del gobierno, federal en la prestaron de servicios de atención y en lo relacionado a las acciones de salubridad; conforman a la constitución de 1857, dicha competencia estaba bajo la jurisdicción de los estados, realizando la federación alguna de ellas en forma limitada, son concebirse la existencia de un verdadero sistema de salud completamente eficiente


-En 1872 se expide el derecho que pone en vigor el reglamento del consejo superior de salubridad y el 14 de julio de 1879, aparecen su reglamento y programa de trabajo, derivándose acciones importantes como la creación de juntas de salubridad en cada uno de los estados, juntas de sanidad en los puertos participando en aspectos de ingeniería sanitaria, higiene de los alimentos e higiene industrial y de trabajo.

-La labor desarrollada por el citado consejo lo conduce a emitir en términos formales: el territorio federales en 1899 y mas tarde en 1902, expide el nuevo código y del trabajo.



-La participación marginal del gobierno federal conduce, en 1908 a modificar la constitución para ampliar la competencia federal y encomendar a los poderes de la unión ‘’ LA SALUBRIDAD GENERAL DE LA REPUBLICA’’, promulgación de la constitución de Querétaro en 1917 y las disposiciones que emanan de ella permiten que se haga el reconocimiento de la importancia de la salud publica, mediante la transformación del consejo superior de la salubridad en un organismo nacional y la creación del departamento de salubridad publica, que con apoyo en la ley de organización política del gobierno federal establece que en casos de emergencia podría conducir a los asuntos de higiene publica en los tres niveles de gobierno, según lo establece el articulo 73 de dicha constitución.


-A cargo de gobierno estatal o municipal se encontraban la responsabilidad de la organización de los servicios asistenciales, incluyendo consultorios y hospitales para la atención médica.

La primera Teoría de enfermería nace con Florence Nightingale, a partir de allí nacen nuevos modelos cada uno de ellos aporta una filosofía de entender la enfermería y el cuidado.


Desde sus orígenes era considerada como una ocupación basada en la práctica y en el conocimiento común, no era considerada como ciencia, el conocimiento científico aparece con la primera teoría de enfermería. Las enfermeras comenzaron a centrar su atención en la adquisición de conocimientos técnicos que les eran delegados, con la publicación del libro " Notas de Enfermería " de Florence Nightingale en 1852, se sentó la base de la enfermería profesional, en su libro Florence intento definir la aportación especifica de enfermería al cuidado de la salud.


Desde 1852 hasta 1966 se creo y desarrollo una corriente filosófica que buscaba los fundamentos de la profesión y es durante la década de 1950 a 1996, que surge la teoría de enfermería de Virginia Avenel Henderson.


Henderson definió enfermería en términos funcionales. La única función de la enfermera consiste en ayudar al individuo, sano o enfermo a recuperar la salud (o a una muerte tranquila), que realizaría sin ayuda si contara con la fuerza, voluntad o con el conocimiento necesario, haciéndolo de tal modo que se le facilite la independencia lo más rápido posible, afirmaba que a medida que cambiase las necesidades del paciente también podía cambiar la definición de enfermería.


Para Henderson su definición de enfermería no era definitiva, consideraba que enfermería cambiaria según la época en que se practicase y que dependía de lo que realizara el personal de salud.


Virginia Henderson incorpora los principios fisiológicos y psicopatológicos a su definición de enfermería en sus innumerables trabajos explicó la importancia de la independencia de enfermería y, a la vez, de su interdependencia con respecto a otras ramas dentro del área de la salud.



Este es un trabajo de tipo documental donde se realiza una breve reseña de su biografía y su teoría de enfermería, la cual se basa en los catorce componentes de enfermería, es decir, en las catorce principales necesidades básicas del ser humano.


La teoría de Virginia Henderson es considerada como una filosofía definitoria de enfermería, se basa en las necesidades básicas humanas. La función de la enfermera es atender al sano o enfermo (o ayudar a una muerte tranquila), en todo tipo de actividades que contribuyan a su salud o a recuperarla. Su objetivo es hacer al individuo independiente lo antes posible para cubrir sus necesidades básicas, el cuidado de enfermería se aplica a través del plan de cuidado.


Para Henderson la función de ayuda al individuo y la búsqueda de su independencia lo más pronto posible es el trabajo que la enfermera inicia y controla y en el que es dueña de la situación. Henderson parte de que todos los seres humanos tienen una variedad de necesidades humanas básicas que satisfacer, estas son normalmente cubiertas por cada individuo cuando esta sano y tiene el conocimiento suficiente para ello. Las necesidades básicas son las mismas para todos los seres humanos y existen independientemente.

Las actividades que las enfermeras realizan para ayudar al paciente a cubrir estas necesidades es denominadas por Henderson como cuidados básicos de enfermería y estos se aplican a través de un plan de cuidado de enfermerías, elaborado de acuerdo a las necesidades detectadas en el paciente.

ACONTECIMIENTOS HISTORICOS ORDENADOS CRONOLOGICAMENTE.

1860: Florense Nightingale funda el Hospital Santo Thomas de Londres, la Nightingale training for nurse, la primera escuela no religiosa.

1893: Fecha en que Lillian Wald transforma la enfermera visitadora o de distrito en una verdadera enfermera comunitaria denominada en aquel momento enfermera de salud publica. (Fundo el SEVNY servicio de enfermeras visitantes de Nueva York).

1899: Fecha en que Lillian Wald lidera el proceso de creación de escuelas para las enfermeras de salud publica.

1912: Fecha en que culmina el proceso de creación de dichas escuelas, nace la organización nacional de enfermería de salud publica 2-3.

1917: Se crea la escuela elemental fundada por enfermeras navales americanas.

1927: Se funda el instituto Carlos J. Firlay como un centro rector para las zonas de las escuelas sanitarias nacionales.

1935: En mayo surgió la escuela de enfermería de La Cruz Roja Dominicana.

1931 y 1936: Fecha en que se desplazarían un total de 14 enfermeras para su preparación en la posterior dirección.

1944: Fecha en que se le dio el nombre a la escuela de enfermería y obstetricia.

1951: Fecha en que se incorporó el proyecto de la Universidad de Queretano.

1958: El 1 de julio se fundó la escuela de enfermería de salud pública.

1962: Se formó la organización de la sespas.

1966: Se creó la escuela de enfermería en la ucamaima.

1976: Surgió la escuela de enfermería de la universidad de santo domingo, en la cual hoy existen cinco centros formando profesionales y existen 13 centros públicos y privado.

1982: Se implementó el primer curso complementario para obtener el legado de licenciatura.

1988: Surge el área de investigación continua.

1999: En Abril se aprueba la propuesta de la licenciatura den educación física y ciencias del deporte.

2000: El 29 de Agosto se inició la primera generación de la especialidad de enfermería en salud laboral.

2001: El 23 de Febrero se recibió el certificado de calidad por cumplir los estándares de calidad snae-98 y el registro nuecero snae-004.

BIOGRAFIA DE FLORENCE NIGHTINGALE.


Hija de una familia terrateniente adinerada, de Hampshire, nació en 1820.

Su padre, William Nightingale de Embly park, un Unitario estaba involucrado en el movimiento contra la esclavitud y era un fiel creyente en que las mujeres, especialmente su hija, deberían obtener una educación. Ella y su hermana aprendieron italiano, latín, griego, historia y matemáticas de su padre y su tía, así como de otros tutores.

La madre de Florence, Fanny Nightingale, tambien provenía de una familia fielmente Unitaria. Ella era una mujer dominante que estaba primordialmente preocupada con la busqueda de un buen marido para su hija. Por ello, se molestó ante la decisión de florence de rechazar a varios proponentes de matrimonio.

Cuando florence cumplió 17 años se sintió llamada por Dios para enfrentar alguna gran causa desconocida. A los 23 años, dijo a sus padres que quería convertirse en una enfermera. Y se encontró con una sólida oposición de ellos, ya que la enfermería se asociaba con mujeres de clase trabajadora.

No fue sino hasta que el Lord Houghton casó con otra en 1851, que Florence recibió permiso para entrenarse como enfermera. Florence, entonces de 31 años, se fue a trabajar al hospital Kaiserworth en Alemanía.

En su diario, ella explicó porqué decidió no aceptar la oferta de matrimonio de Richard Moneton Milnes. Que decía:

  • Yo tengo una naturaleza, moral y activa que requiere satisfacción y eso no encontraría en la vida de él. Yo podría sentirme satisfecha si pasara la vida con él combinando diferentes poderes para lograr un gran objetivo.

  • Yo no podría satisfacer esta naturaleza pasando la vida con él, en compromisos sociales y organizando las cosas domésticas.

Dos años más tarde ella fue nombrada la directora residentes del hospital para mujeres invalidas en Harley Street, Lodón. El año siguiente Nightingale se le dio permiso de que llevara a 38 enfermeras a cuidar a los soldados británicos en la guerra. Nightingale encontró que las condiciones en el hospital militar en Scutari eran alarmantes. Los hombres eran mantenidos en cuartos sin sabanas ni comida decente. Sin lavar, ellas mantenían sus uniformes puestos, “tiesos de la suciedad”. En estas condiciones no era sorprendente que en los hospitales militares, heridas de guerra era solo la sexta razón de defunción. Enfermedades como el tifus, cólera y disentería eran las tres causas principales por las cuales la proporción de muertos era tan alta.

Durante este tiempo, Nightingale recolectó datos y sistematizó la práctica del control de registros. Ella inventó un gráfico de área polar, donde las estadísticas representadas son proporcionales al área de una tajada en un gráfico circular. Esta información que con una mejoría en los métodos de sanidad, las muertes bajaría. (en Febrero de 1855, la tasa de mortalidad era del 42.7% de los casos tratados).

Los oficiales militares y los doctores objetaron las visiones de Nightingale sobre reformas en los hospitales militares. Ellos interpretaron sus comentarios como un ataque a ellos y la hicieron sentirse fuera de lugar.

Nightingale recibió muy poca ayuda de los militares, hasta que uso sus contactos con el Times, para recortar la información. Entonces se le encomendó a Nightingale la tarea de organizar las barrancas del hospital después de la batalla de inkerman y al mejorar las condiciones de sanidad, logró reducir la proporción de muerte de sus pacientes.

Su recomendación a estudiantes de enfermería (1873):

· La enfermería es un llamado superior, un llamado honorable… el honor radica en el amor por la perfección, la consistencia, y en el trabajo duro para conseguirla.

Años más tarde, en el Engliswoman Review (1986), escribió:

· Pero debo decir a todas las damas jóvenes que son llamadas a esta vocación, que deben calificarse para ello como lo hace un hombre para su trabajo. Que no crean que lo puedan asumir de otra manera.

En 1856 Florence Nightingale regresó a Inglaterra como una heroína nacional. Y decidió empezar una campaña para mejorar la calidad de la enfermería en los hospitales militares. Su evidencia en la comisión de Sanidad de 1857 eventualmente resultó en la formación de una universidad médica militar.

Para dispersar sus opiniones sobre la reforma, Nightingale publicó dos libros, Notas de Hospital (1859) y Notas de Enfermería (1859). Con el apoyo de amigos adinerados y The Times, Nightingale puedo reunir 59,000 para mejorar la calidad de la enfermería. En 1860 y utilizó este dinero para fundar la Escuela y Casa para Enfermeras Nightingale en el Hospital St. Thomas. Ella también se involucró en el entrenamiento de enfermeras que trabajaban en “casas de trabajo”, como resultado de una ley en protección de los pobres, de 1834.

La segunda mitad del siglo XIX comenzó con la revolucionaria propuesta de Florence Nightingale, pionera en la estadística social, quién hizo amplio uso de gráficos y diagramas para analizar el cuidado médico en la Inglaterra del siglo XIX.

En 1858 con su diagrama de área polar, demuestra con un simple gráfico que las causas de la mortalidad en los hospitales británicos durante la guerra de Crimen, era muy superior a la de los hospitales de Inglaterra logrando con esto resumir un reporte de más de 800 páginas.

Nightingale tenía fuertes opiniones sobre los derechos de las mujeres. En su libro Sugerencia para pensar para los buscadores de las verdades religiosas (1859) ella argumentó fuertemente para que se eliminaran las restricciones que prevenían a las mujeres de tener carreras.

Como contradicción, otras mujeres fuertes se sintieron, tenían dudas al principio de esta campaña y argumentaba que era más importante tener mejores desanimadas por la falta de apoyo de Nightingale hacia las mujeres doctoras. Nightingale enfermera que mujeres doctores.

Posteriormente en su vida, Nightingale sufrió de mala de salud y en 189 5se volvió ciega, luego perdió otras facultades, lo cual significó que tuvo que recibir cuidado tiempo completo. A pesar de estar completamente inválida, vivió otros 15 años, antes de su muerte en 1910.

SIMBOLO DE LA LAMPARA.

Es el símbolo que identifica a las enfermeras, pues se dice que durante la guerra de Crimen ocurrida entre los años 1853-1856, Florence Nightingale acompañada de otras 38 enfermeras se ofrecieron para organizar el hospital militar Scutari, en Constantinopla. Su labor fue tan ardua y tesonera que durante las noches laboraba alumbrándose con una lámpara para curar a los enfermos heridos de guerra desde aquí, que para identificar a las enfermeras mundialmente se usa como símbolo (La Lámpara de Aladino).

La asociación de enfermeras graduadas ADEG completo con el papel protagónico de enfermería mundial esta institución asumió como suyo dicho símbolo y es por eso que en todos sus proyectos, hojas, timbrados, documentos, etc. Aparece como símbolo la lámpara de aladino.

La enfermería, desde sus inicios ha sido acompañada por una simbología que la caracteriza y encierra un significado relevante en su desarrollo como profesión. Revelante en su desarrollo como profesión la actualidad a pesar de la existencia de normas y de esfuerzo que se viene realizando, se observa con frecuencia modificaciones y uso incorrecto del uniforme.

Para argumentar la importancia del uso adecuado de uniforme y sus atributos y su efecto social, sé efectuó una revisión bibliográfica y consultas o expertos de la asistencia y la docencia en esta temática, en el primer trimestre del año 2005. Se expone los elementos esenciales para el uso correcto de esta vestimenta y pata la buena apariencia del personal de enfermería en los servicios asistenciales.

Los profesionales de enfermería tienen la responsabilidad como agentes de cambio. Una enfermera(o) vestido correctamente inspira confianza y es socialmente respetado.

Los aspectos planteados permitirán revalorar la importancia del uso correcto del uniforme, elemento esencial para una buena imagen social de los enfermos (a).

JURAMENTO DE LAS ENFERMERAS.

Solemnemente ante Dios y en presencia de esta asamblea:

- Llevar una vida digna y ejercer mi profesión con fidelidad a la misma.
Me abstendré de todo cuanto sea nocivo o dañino, y no tomaré ni suministraré sustancia alguna que sea perjudicial.

- Haré cuanto esté a mi alcance para mantener y elevar el nivel de mi profesión y consideraré confidencial toda información personal que me sea revelada y todos los asuntos familiares de los que tenga conocimiento en el ejercicio de mi profesión.

- Con lealtad me esforzaré para ayudar al médico en su trabajo y consagraré mi vida al bienestar de quienes están confiados a mi cuidado.

PRIMERAS PRECURSORAS INTERNACIONALES Y BIOGRAFIAS DE CADA UNA DE ELLAS.


1- LILLIAM WALD. (1867-1940)

Nace en el año 1867 y fue una de las líderes del movimiento de las viviendas comunitarias quien llego a ser muy influyente y trascendental de las reformas urbanas.

Era idealista practico que trabajo para crear a una sociedad mas justas meta era asegurarse de que las mujeres y los niños, los inmigrantes y los pobres, los inmigrantes y los pobres, y los miembros de todos los grupos étnicos y religiosos realizaran la promesa de América de la ‘’vida, de la libertad y de la brusquedad de la felicidad’’.

Como enfermera joven, Wald esperaba proporcionar cuidado médico decente a los residentes de viviendas más bajas del lado del este de Nueva York.

Su trabajo como el fundador del establecimiento de la calle del Henrio y el visitar cuidan servicio demostraron sus talentos administrativos masterful, respeto profundo para la humanidad y habilidad en la movilización de fondos y la publicación.

Defendiendo las causas del oficio de enfermera de la salud pública, de la reforma de la cubierta, del sufragio, de la paz del mundo, y de las derechas de mujeres, de niños, de inmigrantes y de la gente del funcionamiento, Wald sintió bien a un líder influyente en ciudad, lo indica, y política nacional. Sus esfuerzos incansables de ligar la salud de niños a la salud de naciones le hicieron un modelo del logro, de cuidar, y de integridad a través de su curso de la vida. Aunque Wald alcanzó el reconocimiento internacional, sus esfuerzos fueron puestos a tierra siempre en la creencia que el mundo era simplemente una versión ampliada de la vecindad cultural diversa.

Wald se consideraba como el paladín de los pobres suscitándoles a sus hogares. Entendía las reformas radicales que se necesitaba para altificar estas pobrezas y trataba de convencer a los funcionarios y vieron que ellos tenían la responsabilidad de remediar la pobreza.

2- LUISA DE MARILLAC.

Nació en París el 12 de agosto de 1591, Hija de Louis de Marillac, señor de Ferrieres. Perdió a su madre desde temprana edad, pero tuvo una buena educación, gracias, en parte, a los monjes de Poissy, a cuyos cuidados fue confiada por un tiempo, y en parte, a la instrucción personal de su propio padre, que murió cuando ella tenía poco más de quince años. Luisa había deseado hacerse hermana capuchina, pero el que entonces era su confesor, capuchino él mismo, la disuadió de ello a causa de su endeble salud.

Finalmente se le encontró un esposo digno: Antonio Le Gras, hombre que parecía destinado a una distinguida carrera y que ella aceptó. Tuvieron un hijo. En el período en que Antonio estuvo gravemente enfermo, ella lo cuidó con esmero y completa dedicación. Desgraciadamente, Luisa sucumbió a la tentación de considerar esta enfermedad como un castigo por no haber mostrado su agradecimiento a Dios, que la colmaba de bendiciones, y estas angustias de conciencia fueron motivos de largos períodos de dudas y aridez espiritual.

Tuvo, sin embargo, la buena fortuna de conocer a San Francisco de Sales, quien pasó algunos meses en París, durante el año 1619. De él recibió la dirección más sabia y comprensiva. Pero París no era el lugar del santo.


Un poco antes de la muerte de su esposo, Luisa hizo voto de no contraer matrimonio de nuevo y dedicarse totalmente al servicio de Dios. Después, tuvo una extraña visión espiritual en la que sintió disipadas sus dudas y comprendió que había sido escogida para llevar a cabo una gran obra en el futuro, bajo la guía de un director a quien ella no conocía aun. Antonio Le Gras murió en 1625. Pero ya para entonces Luisa había conocido a "Monsieur Vicente", quien mostró al principio cierta renuncia en ser su confesor, pero al fin consintió. San Vicente en aquel tiempo estaba organizando sus "Conferencias de Caridad", con el objeto de remediar la espantosa miseria que existía entre la gente del campo, para ello necesitaba una buena organización y un gran numero de cooperadores. La supervisión y la dirección de alguien que infundiera absoluto respeto y que tuviera, a la vez, el tacto suficiente para ganarse los corazones y mostrarles el buen camino con su ejemplo.


A medida que fue conociendo más profundamente a "Mademoiselle Le Gras", San Vicente descubrió que tenía a la mano el preciso instrumento que necesitaba. Era una mujer decidida y valiente, dotada de clara inteligencia y una maravillosa constancia, a pesar de la debilidad de salud y, quizás lo más importante de todo, tenía la virtud de olvidarse completamente de si misma por el bien de los demás. Tan pronto como San Vicente le habló de sus propósitos, Luisa comprendió que se trataba de una obra para la gloria de Dios. Quizás nunca existió una obra religiosa tan grande o tan firme, llevada a cabo con menos sensacionalismo, que la fundación de la sociedad, que fue conocida como "Hijas de la Caridad" y que se ha ganado el respeto de los hombres de la más diversas creencias en todas partes del mundo. Solamente después de cinco años de trato personal con Mlle. Le Gras, Monsieur Vicente, que siempre tenía paciencia para esperar la oportunidad enviada por Dios, mandó a esta dama devota, en mayo de 1629, a hacer lo que podríamos llamar una visita a "La Caridad" de Montmirail. Esta fue la precursora de muchas misiones similares y, a pesar de la mala salud de la señorita, tomada muy en cuenta por San Vicente, ella no retrocedió ante las molestias y sacrificios.


En 1633, fue necesario establecer una especie de centro de entrenamiento o noviciado, en la calle que entonces se conocía como Fosses-Saint-Víctor. Ahí estaba la vieja casona que Le Gras había alquilado para sí misma después de la muerte de su esposo, donde dio hospitalidad a las primeras candidatas que fueron aceptadas para el servicio de los pobres y enfermos; cuatro sencillas personas cuyos verdaderos nombres quedaron en el anonimato. Estas, con Luisa como directora, formaron el grano de mostaza que ha crecido hasta convertirse en la organización mundialmente conocida como Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Su expansión fue rápida. Pronto se hizo evidente que convendría tener alguna regla de vida y alguna garantía de estabilidad.

Desde hacía tiempo, Luisa había querido ligarse a este servicio con voto, pero San Vicente, siempre prudente y en espera de una clara manifestación de la voluntad de Dios, había contenido su ardor. Pero en 1634, el deseo de la santa se cumplió. San Vicente tenía completa confianza en su hija espiritual y fue ella misma la que redactó una especie de regla de vida que deberían seguir los miembros de la asociación.

La sustancia de este documento forma la médula de la observancia religiosa de las Hermanas de la Caridad Aunque éste fue un gran paso hacia adelante, el reconocimiento de las Hermanas de la Caridad como un instituto de monjas, estaba todavía lejos.


En la actualidad, la blanca cofia y el hábito azul al que sus hijas han permanecidos fieles durante cerca de 300 años, llaman inmediatamente la atención en cualquier muchedumbre. Este hábito es tan sólo la copia de los trajes que antaño usaban las campesinas. San Vicente, enemigo de toda pretensión, se opuso a que sus hijas reclamaran siquiera una distinción en sus vestidos para imponer ese respeto que provoca el hábito religioso. No fue sino hasta 1642, cuando permitió a cuatro miembros de su institución hacer votos anuales de pobreza, castidad y obediencia y, solamente 13 años después, obtuvo en Roma la formal aprobación del instituto y colocó a las hermanas definitivamente bajo la dirección de la propia congregación de San Vicente. Mientras tanto, las buenas obras de las hijas de la caridad se habían multiplicado aceleradamente.

En el desarrollo de todas estas obras, Mlle. Le Gras soportaba la parte más pesada de la carga. Había dado un maravilloso ejemplo en Angers, al hacerse cargo de un hospital terriblemente descuidado. El esfuerzo había sido tan grande, que a pesar de la ayuda enorme que le prestaron sus colaboradores, sufrió una severa postración que fue diagnosticada erróneamente, como un caso de fiebre infecciosa. En París había cuidado con esmero a los afectados durante una epidemia y, a pesar de su delicada constitución, había soportado la prueba. Los frecuentes viajes, impuestos por sus obligaciones, habrían puesto a prueba la resistencia de un ser más robusto; pero ella estaba siempre a la mano cuando se la requería, llena de entusiasmo y creando a su alrededor una atmósfera de gozo y de paz. Como sabemos por sus cartas a San Vicente y a otros, solamente dos cosas le preocupaban: una era el respeto y veneración con que se le acogía en sus visitas; la otra era la ansiedad por el bienestar espiritual de su hijo Miguel.

En el año de 1660, San Vicente contaba ochenta años y estaba ya muy débil. La santa habría dado cualquier cosa por ver una vez más a su amado padre, pero este consuelo le fue negado. Sin embargo, su alma estaba en paz; el trabajo de su vida había sido maravillosamente bendecido y ella se sacrificó sin queja alguna, diciendo a las que la rodeaban que era feliz de poder ofrecer a Dios esta última privación. La preocupación de sus últimos días fue la de siempre, como lo dijo a sus abatidas hermanas: "Sed empeñosas en el servicio de los pobres... amad a los pobres, honradlos, hijas mías, y honraréis al mismo Cristo". Santa Luisa de Marillac murió el 15 de marzo de 1660; y San Vicente la siguió al cielo tan sólo seis meses después. Fue canonizada en 1934.

3- HILDEGARDE PEPLAU.

Fue una de las enfermeras de la era monástica la cual en el 1954 desarrollo el primer programa sin nivel de graduación para la preparación de especialidades clínicas. Se especializó en enfermería psiquiátrica.

Hildegard E. Peplau, una líder mundial en enfermería, conocida como la enfermera del siglo, murió el 17 de marzo de 1999 a la edad de 89 años, en su hogar en Sherman Oaks, California. Peplau es la única enfermera que prestó sus servicios a la Asociación de Enfermeras Americanas (ANA), como directora ejecutiva y, más tarde, como presidenta.

También fue elegida para trabajar durante dos períodos en la junta directiva del Consejo Internacional de Enfermeras (ICN).


En 1997 recibió el mayor honor en enfermería, el premio Cristiané Rumann, en el congreso cuadrienal de la ICN. Esta distinción se otorga cada cuatro años por contribuciones nacionales e internacionales sobresalientes en enfermería y cuidado de la salud. Un año antes, la Academia Americana de Enfermería le había rendido un homenaje como leyenda viviente. En 1998 la Asociación de Enfermeras Americanas la colocó en el salón de la fama de la ANA.


Por otra parte, la doctora Peplau es reconocida mundialmente como la madre de la enfermería psiquiátrica. Su trabajo teórico y clínico condujo al desarrollo de un campo distinto de especialización: enfermería psiquiátrica.


El libro inicial de Peplau Las relaciones interpersonales en enfermería fue terminado en 1948 pero su publicación se pospuso por cuatro años, porque en aquel entonces se consideró muy revolucionario que una enfermera publicara un libro sin un médico como coautor. El libro de Peplau ha sido ampliamente acreditado con la transformación de enfermería, que pasó de ser un grupo de trabajadoras expertas a ser una profesión con gran desarrollo.


Desde la publicación del trabajo de Peplau, el proceso interpersonal ha sido integrado en la educación y la práctica de enfermería en Estados Unidos y en el exterior. Por esto, la vida y el trabajo de la doctora Peplau produjeron los mayores cambios en la práctica de enfermería después de los de Florence Nigtingale.


Peplau recibió títulos de doctora honoraria en universidades como las de Alfred, Boston Collage, Colombia, Duke, Indiana, Ohio State, Rutgers y la Universidad de Ulster, en Irlanda. En 1995 fue nominada a una de las 50 Grandes de América en ¿quién es quién? por Marquis. Fue elegida miembro de la Academia Americana de Enfermería del Sigma Theta Tau y de la Sociedad Honoraria de Enfermería.


Hildegard Peplau nació el 1º de septiembre de 1909 en Reading, Pensilvana; segunda hija de los emigrantes Gustav y Ottylie Peplau, tuvo dos hermanas y tres hermanos. En su niñez presenció la devastadora epidemia de gripa en 1918; esta experiencia personal influyó enormemente su comprensión del impacto que tiene la enfermedad y la muerte sobre las familias. Inició su carrera de enfermería en Pottstoen, Pensylvania. Luego trabajó como enfermera de planta en Pensylvania y en la ciudad de Nueva York.

Un cargo en un campo de verano de la universidad de Nueva York, la llevó a que recibiera recomendación para trabajar como enfermera en el Collage Bennington en Vermont. Allá se graduó en psicología interpersonal en 1943. En Bennington, y a través de sus experiencias de campo en Chestnut Lodge (una institución psiquiátrica privada), estudió con Erich From, Frida From-Reichmann y Harry Sullivan. Peplau trabajó toda su vida tratando de enfocar y extender la teoría interpersonal de Sullivan a la práctica de enfermería.

Entre 1943 y 1945 Peplau sirvió en el grupo de enfermería de la armada y fue asignada al campo 312 del Hospital Estación en Inglaterra, donde estaba localiza la Escuela

Militar Americana de Psiquiatría. Después de la guerra, Peplau se sentó a la mesa con muchos de estos hombres, para trabajar en la reestructuración del sistema de salud mental en Estados Unidos, de allí surgió el acta de salud mental nacional de 1946. Peplau obtuvo sus títulos de master y doctorado en el Teachers Collage de la

Universidad de Colombia. También fue certificada en psicoanálisis por el Instituto William Alanson White de Nueva York. Al inicio de los años cincuenta, Peplau desarrolló y dictó las primeras clases para las estudiantes de postgrado de enfermería psiquiátrica en el Teachers Collage. Además, se desempeño como profesora de la Facultad de Enfermería de Rutgers entre 1954 y 1974. Allí creó el primer programa de postgrado con preparación de especialistas clínicas en enfermería psiquiátrica.


Fue una escritora prolífica conocida por sus presentaciones, conferencias y talleres para entrenamiento clínico Peplau luchó vigorosamente para que las enfermeras tuvieran mayor educación y así pudieran dar un verdadero cuidado terapéutico a los pacientes antes que el cuidado de guardianas, prevalente en los hospitales psiquiátricos en aquel tiempo. Durante los años 50 y 60, lideró seminarios de verano en todo Estados Unidos, en especial, en los hospitales psiquiátricos del estado. En estos seminarios enseñó los conceptos interpersonales, las técnicas de entrevista y terapia de grupo, individual y familiar.


Peplau fue consultora de la Organización Mundial de la Salud y profesora visitante en universidades de África, América Latina, Europa y Estados Unidos. Luchó fuertemente por la educación de postgrado y la investigación en enfermería. Además, fue consultora de la Superintendencia de Salud de Estados Unidos, de la Fuerza Aérea Americana, del Instituto Nacional de Salud Mental y participó en grupos gubernamentales para el diseño de políticas. Después de su retiro de la Universidad de Rutgers fue profesora visitante de la Universidad de Leuven en Bélgica entre 1975 y 1976, allí ayudó a establecer el primer programa de postgrado en enfermería en Europa.


Peplau dijo alguna vez que la prueba de una buena idea depende de tener o no el poder permanente. Su libro original de 1952 ha sido traducido a nueve idiomas y en 1989 se reeditó por la editorial MacMillan de Londres. En 1989, Springer publicó un volumen con una selección de algunos de los artículos inéditos. Las ideas de Peplau han superado la prueba del tiempo. Los archivos de su trabajo y vida se conservan en la biblioteca Schlesinger en la Universidad de Harvard.


Se han planeado homenajes por la Asociación de Enfermeras Americanas, la Asociación Americana de Enfermeras Psiquiátricas y otras organizaciones de enfermería. La familia solicita las contribuciones en su memoria a la fundación Peplau para la investigación, fundación de enfermeras americanas.

4- SANTA BRIGIDA.

SANTA BRIGIDA era hija de Birgerio, gobernador de Uplandia, la principal provincia de Suecia. La madre de Brígida, Ingeborg; era hija del gobernador de Gotlandia oriental. Ingeborg murió hacia 1315 y dejó varios hijos. Brígida, que tenía entonces doce años aproximadamente, fue educada por una tía suya en Aspenas. A los tres años, hablaba con perfecta claridad, como si fuese una persona mayor, y su bondad y devoción fueron tan precoces como su lenguaje. Sin embargo, la santa confesaba que de joven había sido inclinada al Orgullo y la presunción.


La Pasión: centro de su vida A los siete años tuvo una visión de la Reina de los cielos. A los diez, a raíz de un sermón sobre la Pasión de Cristo que la impresionó mucho, soñó que veía al Señor clavado en la cruz y oyó estas palabras: "Mira en qué estado estoy, hija mía." "¿Quién os ha hecho eso, Señor?", preguntó la niña. Y Cristo respondió: "Los que me desprecian y se burlan de mi amor." Esa visión dejó una huella imborrable en Brígida y, desde entonces, la Pasión del Señor se convirtió en el centro de su vida espiritual.


Matrimonio antes de cumplir catorce años, la joven contrajo matrimonio con Ulf Gudmarsson, quien era cuatro años mayor que ella. Dios les concedió veintiocho años de felicidad matrimonial. Tuvieron cuatro hijos y cuatro hijas, una de las cuales es venerada con el nombre de Santa Catalina de Suecia.

Durante algunos años, Brígida llevó la vida de la época, como una señora feudal, en las posesiones de su esposo en Ulfassa, con la diferencia de que cultivaba la amistad de los hombres sabios y virtuosos.

En la Corte Hacia el año 1335, la santa fue llamada a la corte del joven rey Magno II para ser la principal dama de honor de la reina Blanca de Namur. Pronto comprendió Brígida que sus responsabilidades en la corte no se limitaban al estricto cumplimiento de su oficio. Magno era un hombre débil que se dejaba fácilmente arrastrar al vicio; Blanca tenía buena voluntad, pero era irreflexiva y amante del lujo. La santa hizo cuanto pudo por cultivar las cualidades de la reina y por rodear a ambos soberanos de buenas influencias.

Las Visiones de La santa empezó tener por entonces las visiones que habían de hacerla famosa. Estas versaban sobre las más diversas materias, desde la necesidad de lavarse, hasta los términos del tratado de paz entre Francia e Inglaterra. "Si el rey de Inglaterra no firma la paz decía no tendrá éxito en ninguna de sus empresas y acabará por salir del reino y dejar a sus hijos en la tribulación y la angustia." Pero tales visiones no impresionaban a los cortesanos suecos, quienes solían preguntar con ironía: "¿Qué soñó Doña Brígida anoche?"



Problemas familiares y peregrinaciones. Por otra parte, la santa tenía dificultades con su propia familia. Su hija mayor se había casado con un noble muy revoltoso, a quien Brígida llamaba "el Bandolero" y, hacia 1340, murió Gudmaro, su hijo menor. Por esa pérdida la santa hizo una peregrinación al santuario de San Olaf de Noruega, en Trondhjem. A su regreso, fortalecida por las oraciones, intentó con más ahinco que nunca volver al buen camino a sus soberanos.

Como no lo lograse, les pidió permiso de ausentarse de la corte e hizo una peregrinación a Compostela con su esposo. A la vuelta del viaje, Ulf cayó gravemente enfermo en Arras y recibió los últimos sacramentos ya que la muerte parecía inminente. Pero Santa Brígida, que oraba fervorosamente por el restablecimiento de su esposo, tuvo un sueño en el que San Dionisio le reveló que no moriría. A raíz de la curación de Ulf, ambos esposos prometieron consagrarse a Dios en la vida religiosa.


Viuda, vida religiosa, aumentan las visiones. Según parece, Ulf murió en 1344 en el monasterio cisterciense de Alvastra, antes de poner por obra su propósito. Santa Brígida se quedó en Alvastra cuatro años apartada del mundo y dedicada a la penitencia. Desde entonces, abandonó los vestidos lujosos, solo usaba lino para el velo y vestía una burda túnica ceñida con una cuerda anudada. Las visiones y revelaciones se hicieron tan insistentes, que la santa se alarmó, temiendo ser víctima de ilusiones del demonio o de su propia imaginación. Pero en una visión que se repitió tres veces, se le ordenó que se pusiese bajo la dirección del maestre Matías, un canónigo muy sabio y experimentado de Linkoping, quien le declaró que sus visiones procedían de Dios. Desde entonces hasta su muerte, Santa Brígida comunicó todas sus visiones al prior de Alvastra, llamado Pedro, quien las consignó por escrito en latín. Ese período culminó con una visión en la que el Señor ordenó a la santa que fuese a la corte para amenazar al rey Magno con el juicio divino; así lo hizo Brígida, sin excluir de las amenazas a la reina y a los nobles. Magno se enmendó algún tiempo y dotó liberalmente el monasterio que la santa había fundado en Vadstena, impulsada por otra visión.


En Vadstena había sesenta religiosas. En un edificio contiguo habitaban trece sacerdotes (en honor de los doce apóstoles y de San Pablo), cuatro diáconos (que representaban a los doctores de la Iglesia) y ocho hermanos legos. En conjunto había ochenta y cinco personas. Santa Brígida redactó las constituciones; según se dice, se las dictó el Salvador en una visión. Pero ni Bonifacio IX con la bula de canonización, ni Martín V, que ratificó los privilegios de la abadía de Sión y confirmó la canonización, mencionan ese hecho y sólo hablan de la aprobación de la regla por la Santa Sede, sin hacer referencia a ninguna revelación privada.


En la fundación de Santa Brígida, lo mismo que en la orden de Fontevrault, los hombres estaban sujetos a la abadesa en lo temporal, pero en lo espiritual, las mujeres estaban sujetas al superior de los monjes. La razón de ello es que la orden había sido fundada principalmente para las mujeres y los hombres sólo eran admitidos en ella para asegurar los ministerios espirituales. Los conventos de hombres y mujeres estaban separados por una clausura inviolable; tanto unos como las otras, asistían a los oficios en la misma iglesia, pero las religiosas se hallaban en una galería superior, de suerte que ni siquiera podían verse unos a otros.



El monasterio de Vadstena fue el principal centro literario de Suecia en el siglo XV. A raíz de una visión; Santa Brígida escribió una carta muy enérgica a Clemente VI, urgiéndole a partir de Aviñón a Roma y establecer la paz entre Eduardo III de Inglaterra y Felipe IV de Francia. El Papa se negó a partir de Aviñón pero, en cambio envió a Hemming, obispo de Abo, a la corte del rey Felipe, aunque la misión no tuvo éxito.

Entre tanto, el rey Magno, que apreciaba más las oraciones que los consejos de Santa Brígida, trató de hacerla intervenir en una cruzada contra los paganos letones y estonios. Pero en realidad se trataba de una expedición de pillaje. La santa no se dejó engañar y trató de disuadir al monarca. Con ello perdió el favor de la corte, pero no le faltó el amor del pueblo, por cuyo bienestar se preocupaba sinceramente durante sus múltiples viajes por Suecia.


En Roma e Italia, había todavía en el país muchos paganos, y Sarta Brígida ilustraba con milagros la predicación de sus capellanes. En 1349, a pesar de que la "muerte negra" hacía estragos en toda Europa, Brígida decidió ir a Roma con motivo del jubileo de 1350. Acompañada de su confesor, Pedro de Skeninge y otros, se embarcó en Stralsund, en medio de las lágrimas del pueblo, que no había de volver a verla.

En efecto, la santa se estableció en Roma, donde se ocupó de los pobres de la ciudad, en la espera de la vuelta del Pontífice a la Ciudad Eterna. Asistía diariamente a misa a las cinco de la mañana, se confesaba todos los días y comulgaba varias veces por semana (según era permitido en aquella época). El brillo de su virtud contrastaba con la corrupción de costumbres que reinaba entonces en Roma: el robo y la violencia hacían estragos, el vicio era cosa normal, las iglesias estaban en ruinas y lo único que interesaba al pueblo era escapar de sus opresores. La austeridad de la santa, su devoción a los santuarios, su severidad consigo misma, su bondad con el prójimo, su entrega total al cuidado de los pobres y los enfermos, le ganaron el cariño de muchos. Santa Brígida atendía con particular esmero a sus compatriotas y cada día daba de comer a los peregrinos suecos en su casa que estaba situada en las cercanías de San Lorenzo in Damaso.


Pero su ministerio apostólico no se reducía a la práctica de las buenas obras ni a exhortar a los pobres y a los humildes. En cierta ocasión, fue al gran monasterio de Farfa para reprender al abad, "un hombre mundano que no se preocupaba absolutamente por las almas". Hay que decir que, probablemente, la reprensión de la santa no produjo efecto. Más éxito tuvo su celo por la reforma de otro convento de Bolonia. Allí se hallaba Brígida cuando fue a reunirse con ella su hija, Santa Catalina, quien se quedó a su lado y, fue su fiel colaboradora hasta el fin de su vida. Dos de las iglesias romanas más relacionadas con nuestra santa son la de San Pablo extramuros y la de San Francisco de Ripa.

En la primera se conserva todavía el bellísimo crucifijo, obra de Cavallini, ante el que Brígida acostumbraba orar y que le respondió más de una vez; en la segunda iglesia se le apareció San Francisco y le dijo: "Ven a beber conmigo en mi celda". La santa interpretó aquellas palabras como una invitación para ir a Asís. Visitó la ciudad y de allí partió en peregrinación por los principales santuarios de Italia, durante dos años.



Profecías y revelaciones las profecías y revelaciones Santa Brígida se referían a las cuestiones mas candentes de su época. Predijo, por ejemplo, que el Papa y el emperador se reunirían amistosamente en Roma. Al poco tiempo así lo hicieron (El Papa Beato Urbano V y Carlos IV, en 1368). La profecía de que los partidos en que estaba dividida la Ciudad Eterna recibirían el castigo que merecían por sus crímenes, disminuyeron un tanto la popularidad de la santa y aun le atrajeron persecuciones. Brígida fue arrojada de su casa y tuvo que ir con su hija a pedir limosna al convento de las Clarisas. Por otra parte, ni siquiera el Papa escapaba a sus severas admoniciones proféticas.

El gozo que experimentó la santa con la llegada de Urbano a Roma fue de corta duración, pues el Pontífice se retiró poco después a Viterbo, luego a Montesfiascone y aun se rumoró que se disponía a volver a Aviñón.


Al regresar de una peregrinación, a Amalfi, Brígida tuvo una visión en la que Nuestro Señor la envió a avisar al Papa que se acercaba la hora de su muerte, a fin de que diese su aprobación a la regla del convento de Vadstena. Brígida había ya sometido la regla a la aprobación de Urbano V, en Roma, pero el Pontífice no había dado respuesta alguna.

Así pues, se dirigió a Montefiascone montada en su mula blanca. Urbano aprobó, en general, la fundación y la regla de Santa Brígida, que completó con la regla de San Agustín. Cuatro meses más tarde, murió el Pontífice. Santa Brígida escribió tres veces a su sucesor, Gregorio XI, que estaba en Aviñón, conminándole a trasladase a Roma. Así lo hizo el Pontífice cuatro años después de la muerte de la santa.


En 1371, a raíz de otra visión, Santa Brígida emprendió una peregrinación a los Santos Lugares, acompañada de su hija Catalina, de sus hijos Carlos y Bingerio, de Alfonso de Vadaterra y otros personajes. Ese fue el último de sus viajes.

La expedición comenzó mal, ya que en Nápoles, Carlos se enamoró de la reina Juana I, cuya reputación era muy dudosa. Aunque la esposa de Carlos vivía aún en Suecia y el marido de Juana estaba en España; ésta quería contraer matrimonio con él y la perspectiva no desagradaba a Carlos. Su madre, horrorizada ante tal posibilidad, intensificó sus oraciones.

Dios resolvió la dificultad del modo más inesperado y trágico, pues Carlos enfermó de una fiebre maligna y murió dos semanas después en brazos de su madre. Santa Brígida prosiguió su viaje a Palestina embargada por la más profunda pena. En Jaffa estuvo a punto de perecer ahogada durante un naufragio Sin embargo durante, la accidentada peregrinación la santa disfrutó de grandes consolaciones espirituales y de visiones sobre la vida del Señor.


A su vuelta de Tierra Santa, en el otoño de 1372, se detuvo en Chipre, donde clamó contra la corrupción de la familia real y de los habitantes de Famagusta quienes se habían burlado de ella cuando se dirigía a Palestina.

Después pasó a Nápoles, donde el clero de la ciudad leyó desde el púlpito las profecías de Santa Brígida, aunque no produjeron mayor efecto entre el pueblo.

La comitiva llegó a Roma en marzo de 1373. Brígida, que estaba enferma desde hacía algún tiempo, empezó a debilitarse rápidamente, y falleció el 23 de julio de ese año, después de recibir los últimos sacramentos de manos de su fiel amigo, el Padre Pedro de Alvastra. Tenía entonces setenta y un años.

Su cuerpo fue sepultado provisionalmente en la iglesia de San Lorenzo in Panisperna. Cuatro meses después, Santa Catalina y Pedro de Alvastra condujeron triunfalmente las reliquias a Vadstena, pasando por Dalmacia, Austria, Polonia y el puerto de Danzig.

Santa Brígida, cuyas reliquias reposan todavía en la abadía por ella fundada, fue carbonizada en 1391 y es considerada como la patrona de Suecia.

Uno de los aspectos más conocidos en la vida de Santa Brígida, es el de las múltiples visiones con que la favoreció el Señor, especialmente las que se refieren a los sufrimientos de la Pasión y a ciertos acontecimientos de su época.

Por orden del Concilio de Basilea, el Juan de Torquemada, quien fue más tarde cardenal, examinó el libro de las revelaciones de la santa y declaró que podía ser muy útil para la instrucción de los fieles; pero tal aprobación encontró muchos opositores. Por lo demás; la declaración de Torquemada significa únicamente que la doctrina del libro es ortodoxa y que las revelaciones no carecen de probabilidad histórica.

El Papa Benedicto XIV, entre otros, se refirió a las revelaciones de Santa Brígida en los siguientes términos: "Aunque muchas de esas revelaciones han sido aprobadas, no se les debe el asentimiento de fe divina; el crédito que merecen es puramente humano, sujeto al juicio de la prudencia, que es la que debe dictarnos el grado de probabilidad de que gozan para que crearnos píamente en ellas."


Santa Brígida, con gran sencillez de corazón, sometió siempre sus revelaciones a las autoridades eclesiásticas y, lejos de gloriarse por gozar de gracias tan extraordinarias, las aprovechó como una ocasión para manifestar su obediencia y crecer en amor y humildad. Si sus revelaciones la han hecho famosa, ello se debe en gran parte a su virtud heroica, consagrada por el juicio de la Iglesia.

Las brigidinas tienen unas lecciones de maitines tomadas de sus revelaciones sobre las glorias de María, conocidas con el nombre de "Sermo Angelicus", en recuerdo de las palabras del Señor a la santa: "Mi ángel te comunicará las lecciones que las religiosas de tus monasterios deben leer en maitines, y tú las escribirás tal como él te las dicte".

Se convirtió en una abadesa famosa en Irlandia y era respetada como educadora, consejera y experta en el arte de curación. También se conocía por haber cuidado enfermos y curado leprosos, por lo cual recibió el nombre de patrona de la consolación.


PRIMEROS HOSPITALES DE REPUBLICA DOMINICANA.

1-SAN NICOLAS DE BARI.

En la calle Hostos donde se forma esquina con la calle Luyeron se levantan las ruinas del cual fuera el primer hospital de América, el Hospital San Nicolas De Bari, iniciado por el entonces gobernador de la isla de Santo Domingo, Fray Nicolas de Ovando.

Este hospital nación de la piedad de una mujer negra que trataba de cuidar a los enfermos de acuerdo a sus posibilidades. Porque no había ninguna institución que lo hiciese. Ovando, el gobernador, viendo la piedad de esta mujer, mando a levantar el hospital en piedras.

Algunas versiones aseguran que el hospital se construyó alrededor de 1503, mientras que otros aseguran que no fue hasta después del 1504. En el 1519 mucho después de haber muerto Ovando, la base del hospital había terminado.

Según E. Walter Palm, San Nicolás de Bari no fue el hospital que construyó el gobernador, puesto que este era de madera y palo, si no fue la cofradía de nuestra señora de concepción la que en el año 1533 construyó un hospital de piedras.

Ya para el año 1542 el hospital llegó a su máximo esplendor ya que el número de personas que atendían llegaba a los 60 pacientes atendiéndose alrededor de 700 personas por año.

Desgraciadamente el edificio es abandonado en el siglo XVII. Los motivos de tal abandono se desconocen pero se creen que fueron los sismos de ese mismo siglo.

Mas tarde con finalidad de utilizarlo se extraen material del sitio pero en Septiembre del 1930, con el ciclón San Zenón, recibió danos irreparables, quedando así una visión correcta de todo el edificio.

El Hospital San Nicolás de Bari fue uno de los pocos edificios que se salvo del pirata Francis Drake, quizás porque no tenía riquezas que saquear o por la obra que se llevaba a cabo en el mismo.

En la parte inferior por muchos años se veneró el culto de Nuestra Señora de La Altagracia, en espera de la construcción de la Iglesia de La Altagracia en el mismo lugar de la primera capilla; con entradas desde la calle Mercedes y el Hospital. Se conocía con el nombre de la Concepción.


Un problema económico de un mandatario compromete el terreno y la construcción.

El Estado adquirió las ruinas de San Nicolás y una noble señora de nombre doña Lea de Castro de Henríquez, adquirió el templo de la Altagracia y se lo donó a la Iglesia.

2- HOSPITAL PADRE BILLINI.

El Hospital Real de San Andrés, actualmente convertido en un Centro Educativo, ha corrido el peligro de desaparecer y la Facultad de Medicina de San Fernando se suma a los esfuerzos que instituciones tales como la Academia Nacional de Medicina y diversas personalidades realizan para evitar la demolición, parcial o total, de este edificio histórico que vio nacer la enseñanza ordenada y sistematizada de la medicina en nuestro país.

El antiguo Hospital Real de Andrés, ubicado en la calle de San Andrés, en la octava cuadra del Jr. Huallaga, cerca de la Plaza Italia, antes Plaza Santa Ana, estaba muy cerca del edificio antiguo del Colegio de Medicina y Cirugía de San Fernando inagurado por el Virrey Abascal en 1811. Se encuentra cerca también del Hospital San Bartolomé, y del Hospital de Santa Ana y debiera ser el local adecuado para albergar el Museo de la Historia de la Medicina del Perú.

El Hospital Real de San Andrés tiene sus inicios en 1552 cuando Francisco de Molina atendía en su casa en el Callejón de Santo Domingo a enfermos que carecían de recursos. El número de pacientes fue aumentando progresivamente y hubo que recurrir a la caridad pública y luego a la ayuda del Virrey Andrés Hurtado de Mendoza, Márquez de Cañete, quien le escogió un arrabal, le asignó algunas rentas comenzando la construcción por la edificación de las enfermerías. Agradecido Francisco de Molina, puso como nombre al naciente Hospital el nombre de su benefactor "Andrés".

Recordemos que en esas épocas la atención de los enfermos era un acto de caridad cristiana. La salud era un don divino y la enfermedad una prueba de fe. El médico se formaba más como académico que como práctico y socialmente era mejor considerado en cuanto podía comentar adecuadamente los clásicos hipocráticos y galénicos. El principal objetivo al fundar un Hospital era brindar un ambiente para el buen morir. Los que padecían una enfermedad ligera o curable eran atendidos en sus domicilios.

Este hospital de San Andrés, resultó algo peculiar sin embargo; solamente contaba con unas cuantas camas, casi como para guardar las apariencias, y apenas se atendían personas allí, a pesar de que tanto su administrador, como el mayordomo, el médico y las enfermeras tenían sueldos asignados para su administración.

En el siglo XIX, tanto el hospital como la capilla que se le había agregado y que eran una dependencia parroquial de la Catedral, les fueron cedidos al prebistero Francisco Xavier Billini para la fundación de un centro asistencial que se llamó la Beneficencia.

El hospital fue demolido en la segunda década del siglo XX para dar paso a la construcción de hoy Hospital Padre Billini.

Es uno de los capitulo de la fundación de la catedral de santo domingo, la orden de la fundación vino de Fray García Padilla en fecha de 12 mayo de 1512.

La última remodelación que se le hizo al hospital la realizó el presidente de la Republica, Dr. Leonel Fernández Reyna.

ENFERMERAS COMUNITARIAS Y SUS FUNCIONES.

Una enfermera comunitaria es una enfermera registrada que cuenta con formación avanzada para conjugar la atención espiritual, física y mental de las personas y las congregaciones. Ellas trabajan con los pastores y los miembros de la congregación para que éstos alcancen el más alto nivel de bienestar. Esto fortalece a la congregación para que se responsabilice por la enseñanza, los programas y los servicios que abordan la salud en forma integral.

El papel de la enfermera comunitaria abarca las siguientes funciones:

  • Integradora de la fe y la salud
  • Educadora en salud
  • Consejera en salud
  • Defensora y fuente de referencia
  • Líder y facilitadora de programa

Las enfermeras comunitarias identifican y promueven las oportunidades para fortalecer la relación entre la fe y la salud en el marco de los valores, creencias y prácticas de la comunidad de fe. Ellas desarrollan en las personas el sistema de fe y las prácticas que fortalecen la salud, como el perdón, la meditación y la oración.

Las enfermeras comunitarias son educadoras en salud y proporcionan a los miembros información sobre los problemas de salud, los tratamientos y la prevención. Esto abarca la interrelación de la fe, el cuerpo y la mente del individuo. La educación se ofrece a personas y grupos en temas identificados y solicitados por la congregación.

Las enfermeras comunitarias son consejeras en salud que escuchan y dan respuesta a las inquietudes de salud de las personas y sus familiares. Se atienden inquietudes relativas a los medicamentos, la presión arterial, la nutrición, el control del peso y los aspectos de la etapa final de la vida. Las enfermeras comunitarias no prestan los mismos servicios que otros profesionales de la salud ni realizan actividades tales como administrar inyecciones o curar heridas.

Las enfermeras comunitarias son una fuente de referencia para servicios médicos. Ellas establecen una relación entre las necesidades de los miembros y los recursos de la comunidad, y les ayudan para que tengan acceso a estos servicios.

Las enfermeras comunitarias son defensoras de aquellos miembros que tienen dificultades para recibir servicios médicos adecuados. Es posible que acompañen a las personas a los hospitales y a las citas médicas. Como líderes y facilitadoras de programa, apoyan a las congregaciones para promover entre sus miembros la asistencia financiera, el talento y la energía, y contribuir así con la misión de curación y salud de la congregación.

Los voluntarios están organizados y calificados para ayudar con las visitas, grupos de apoyo, y la planificación e implementación de los programas.

ENFERMERAS DE AYER Y DE HOY.

Enfermeras de ayer.

Las enfermeras de ayer eran enfermeras empíricas (no graduadas). Eran muy humanitarias, pues hacían labores fuera y dentro de los hospitales también visitaban las casas para atender los partos de mujeres embarazadas a estas la llamaban parteras.

No tenían lugar fijo, ya que estaban siempre en diferentes lugares como: los orfanatos, acilos, en casa de comunidad, como también en hospitales.

Muchas de las enfermeras de ayer no se casaban, pues entregaban su vida a Dios y a curar a sus enfermos.

Las enfermeras de ayer tenían una característica muy diferente a las de hoy pues ellas le mostraban afecto amor y cariño a sus paciente.

Vestimenta de la enfermera de ayer

-Usaban faldas largas.
-Camisas mangas largas.
-Un gorro con un pequeño velo.
-Medias largas.
-Zapatos medios altos.
-Un delantal en el que introducían sus elementos de trabajos.

-La Lámpara era otro atributo que aparece con frecuencia en el uniforme o en la cofia de las enfermeras, ha sido retomada como símbolo de la enfermería, pues

En la mujer:

- Usar el uniforme reglamentado. Cuando se trate de vestido o saya, debe, tener el largo a la rodilla y usar medias largas. El ancho del vestido, chaqueta y pantalón, debe permitir realizar movimientos con soltura y sin impedimentos.

-Llevar pelo corto o recogido.

-Utilizar gorro o cofia de acuerdo a la actividad que realiza.
-Tener uñas cortas y con pintura discreta.
-Usar reloj con secundario.
-Evitar el uso de prendas no requeridas durante el desarrollo de su labor (pañuelos de --cabeza, collares, aretes colgantes u otros)
-Maquillaje discreto.
-Mantener los zapatos limpios.


En el hombre:
- Llevar el uniforme reglamentado (limpio y holgado).
- Mantener el pelo corto y la barba rasurada.
- Tener uñas cortas.
- Usar reloj con secundario.
- Mantener los zapatos limpios

Enfermeras de hoy.

Acrecentando su responsabilidad por el descubrimiento de nuevos fármacos, nuevas técnicas, que han obligado a introducir modificaciones radicales en los cuidados de enfermería.

El cuidado de las enfermeras de hoy plantean retos diferentes a los que tuvieron que afrontar las enfermeras de ayer como Florence Nightingale, puesto que las enfermeras actuales les exigen efectuar tareas que antaño realizaban los médicos antes de las décadas de los 30.

Las enfermeras actuales tienen una disciplina más compleja en el área de la salud, con un gran impacto social que constantemente aumentan sus funciones para satisfacer las necesidades que imponen el cuidado de la salud en un mundo en cambios constantes.

Las enfermeras actuales deben nutrir sus conocimientos a su vez sustentados por avances en biología, sociología y psicología. De esta forma el enfermero (a) se caracteriza por poseer una sólida formación teórica y práctica que le permite un desempeño altamente calificado en sus funciones asistenciales, docentes, gestores e investigadores.

Las enfermeras de hoy se integran activamente y coordinan las tareas del equipo de salud desde su calificación, técnica, capacitada refractiva, así como una forma de relación personalizada, sustentada por la reflexión, la metodología y un humanismo integral.